top of page

"Nadie puede saber que se ha estrenado una película pequeña si ni siquiera se publicita"

Entrevista a Maria Jesus Díez, presidenta de la distribuidora Barton Films

CROSSOVER
30 DIC de 2021

 

Maria Jesus Díez, presidenta de
Barton Films

 

María Jesús Díez es la directora de Barton Films, una distribuidora de cine
fundada en 1992 y centrada especialmente en películas independientes y de autor.
Está ubicada en Bilbao, por lo que el cine en euskera es una parte muy importante
de la distribuidora. Además, participa y está presente en los diferentes festivales y
mercados más importantes existentes en su industria cinematográfica, tanto
estatales como internacionales. 



     Desde principios del año pasado ¿qué es lo que más destaca que ha cambiado a consecuencia de la pandemia? 

Ha cambiado todo. Sobre todo el tema de programaciones. Existieron dos fases: La primera fase comenzó cuando se empezó a aperturar todo un poco, las multinacionales cortaron todo su material, por lo cual, las pocas salas que estaban abiertas sólo podían surtirse de las películas de las distribuidoras independientes, que son las pequeñas distribuidoras que trabajan sobretodo con producto europeo o internacional de
cine de autor y algo de español. Entonces en ese aspecto, al público, no le quedó otra forma
de ver cine que ver ese poco cine que se podría ofertar en ese momento. Las distribuidoras
independientes mantuvieron la variedad de películas que podía haber en el  cine. Después
de que volviera la apertura a salas, a cines normales hubo un montón de  cines que se
quedaron por el camino y no abrieron. De hecho, cuando abrieron, los grandes complejos,
Cinesa y Yelmo, que son los más potentes a nivel nacional, no abrieron todas sus salas.
Dependiendo de la localidad donde estuvieran abrían o no abrían. 

Y en esa segunda parte ya, las multinacionales volvieron a  surtir producto, empezaron poco a poco pero una vez empezaron fueron a saco. Ellos habían seguido produciendo en sus países y lo que ocurrió fue que necesitaban sacar todo ese producto que habían mantenido en estocaje durante el año 20. De repente el mercado además de contar con menos salas, con problemas según las distintas comunidades también por el aforo y demás se   encontraron  con que todas las pantallas no las copaba el cine de multinacional. Los independientes, que eran las empresas que habían podido mantener que las pocas salas de cine que estaban abiertas pudieran tener una programación diversa, se vieron abocadas a que les costaba conseguir sacar el producto que tenían.



     ¿Qué problemas se le han presentado a día de hoy tras más de dos años de pandemia y por consiguiente dos años de dificultades para exportar cine y promocionarlo? 

Hay bastantes porque el ocio entero ha cambiado en general. Se ha generalizado el acceder a plataformas, que es otra de las variantes que entraron, las plataformas ya existían antes, pero claro, la pandemia dio opción a muchísima gente que no se acercaba específicamente a las plataformas a que esa fuera la única forma de ver cine o de ver entretenimiento desde sus casas y desde sus viviendas.

Varias multinacionales como Disney sacaron sus estrenos en plataforma antes de llegar al cine y cuando tuvo la opción de llegar al cine se estrenaba a la vez que en plataforma. En los cines se pillaron grandes rebotes, pero Disney es Disney, genera la cantidad de dinero que genera y entonces no hubo otra que pasarlo por alto y eso con una independiente sería imposible, porque no tienen el poder para hacer eso. 

Luego crea unas costumbres en los espectadores que, aunque no lo parezca, una vez que entras en esa rueda te cuesta mucho más el tema de salir al cine, de ir a salas, etc. sobre todo porque la gente, incluso hoy en día, tiene muchísimo miedo. 

El tema de espectáculos en general, durante la pandemia, aunque fueran en espacios cerrados, tenían una normativa tan estricta que era realmente difícil contagiarse ni coger la COVID en esos sitios. Por muy seguro que sea, hoy en día todavía, la gente tiene muchísimo miedo, le da mucho reparo. Es decir, prefiere estar en la calle sin guardar la distancia, tomando algo o charlando que entrar a un espacio cerrado. Entonces, se ha reducido mucho el tema de aforos por ese mismo miedo.

Un poco es eso, la pandemia ha afectado al cambio de costumbres de una u otra manera en los espectadores de cine o de cualquier espectáculo, porque nos hemos acostumbrado a verlo en otro formato. Además, se está perdiendo la costumbre de ir a la sala de cine, aunque existan grupos muy fieles.



     ¿Qué medidas cree usted que se deberían tomar por parte del Gobierno o el ministerio de cultura, para apoyar al cine independiente en estas circunstancias tan desfavorables?

No sabría decirte. Hay cosas que sí son importantes, como todo el tema de cargas o de impuestos
que se ponen. En teoría la cultura debería ser, a mi modo de ver, un bien prioritario al que no se le
cargan con impuestos altos. Como bien cultural, debería tener un impuesto más bajo que otra
cosa. Al final lo que haces es cargar el coste de lo que estás presentando y que cueste mucho
más recuperar. Las ayudas que hay son ayudas a la producción, sobre todo. Y ahora están
barajando el tema de que las multinacionales y las plataformas tengan que invertir un porcentaje
mínimo en producciones locales y en lenguas minoritarias. Aunque al cine como lo entendemos
ahora el tema de plataforma no le ayuda precisamente, no deja de ser cultura y sí es algo que va
a favorecer las producciones que se hagan. 

Desde distribución y desde producción se tienen puntos de vista un poco diferentes. Todos remamos para que salgan adelante las cosas, aunque los intereses sean diferentes y las ayudas y maneras de funcionar sean distintas en las tres patas que tiene el cine: la producción, la distribución de producto y los lugares de exhibición que pueden ser los cines.

La producción tiene una visión mucho más artística, mucho más definida de su obra. Es algo de
autor. El distribuidor, aunque aprecia una buena obra y todo lo que te dé la gana, además de que
esté bien hecha, elige un producto o procura verle a ese producto las posibilidades comerciales
que tiene. Esa parte comercial por decirlo de alguna manera. Y luego está el exhibidor que lo que
quiere es llenar su sala de cine y conseguir sus beneficios. 



     Por parte de los espectadores ¿han notado un cambio en cuanto a la valoración de cine independiente? 

Si y no. Quiero decir, en cuanto han salido las multinacionales está claro que todo el mundo ha ido a estas. El último ejemplo, Spiderman. Ha llegado a las salas y ha hecho un porrón de dinero. Así funciona el tema del espectador, no puedes luchar contra esa maquinaria y menos siendo un cine independiente. ¿Procuramos cuidar más el material o la película que tenemos? Si, pero la lucha es David contra Goliath. Es decir, ellos tienen todos los medios de merchandise posibles, toda la publicidad posible, aparecen en todos los medios y cuando anuncian los estrenos del fin de semana son esos los que se anuncian y no los independientes. Es decir, nadie sabe que se ha estrenado una película pequeña hecha en tu territorio, que tiene un interés especial. El cine independiente siempre sobrevive, siempre pelea. Siempre está en crisis pero sobrevive. Ahora ya veremos, poco a poco. 


     ¿Cómo ve usted que va a lograr reflotar la industria la asistencia a las salas de cine?

Creo que nunca se volverá a los grandes tiempos del cine anterior ya que ha cambiado bastante el concepto de la gente a la hora de ver cine. Creo que también hay obras pequeñas que evidentemente no van a llegar a la recaudación de las multinacionales pero que guardan un interés por lo que sea y la gente que está expectante si que se va a juntar para ver eso expresamente. El problema que hay ahora en cuanto al cine independiente es que al haber tantísimo material por sacar por parte de las grandes compañías, el tiempo que se le permite estar a una independiente es muy breve en el cine.

Esa corta durabilidad en las pantallas te exige haber tenido que oír ese título anteriormente, además de una intencionalidad específica. Estamos cada vez más acostumbrados al consumo bajo demanda. No creo que vaya a desaparecer el cine como tal, pero sí creo que va a tener que aprender a convivir con otros espacios y con otras competencias que hasta ahora no eran consideradas como tales.



     Y por último, ¿Cómo ven desde Barton films el futuro del cine independiente español?

El cine español ha mejorado muchísimo y le augura un futuro de calidad. Hace tiempo, costaba mucho conseguir llevar a la gente a ver una película española. De primeras, siempre se catalogaba con desprecio y esa visión se ha modificado con el paso del tiempo. En este momento el cine español tiene una calidad que se podría catalogar como muy buena y podría competir con cualquier otra cinematografía internacional. 




 

1575306790654.jpeg

Las distribuidoras independientes mantuvieron la variedad de películas que había en eL cine

tenían una normativa tan estricta que era realmente difícil contagiarse en esos sitios

Todos remamos para que salgan adelante las tres patas que tiene el cine

bottom of page