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"Nuestra inspiración para maquillar está limitada por los directores"
Entrevista a Pablo Perona, especialista en efectos especiales de maquillaje de cine
Andrea TORO
21 NOV de 2021
Pablo Perona,
especialista en efectos especiales de maquillaje de cine
La limitación monetaria siempre está ahí a la hora de crear esos mundos gigantes
El laberinto del fauno me marcó en tener directrices de cómo abordar ciertos proyectos
Con dos cabezones en su palmarés, Pablo Perona, especialista en efectos
especiales de maquillaje, también cuenta con otros tres premios, por su trabajo
maquillando el séptimo arte. Ha trabajado en más de noventa largometrajes tanto
nacionales como internacionales. En 2004 se trasladó a Barcelona para trabajar
exclusivamente como técnico de efectos especiales de maquillaje freelance para
DDT SFX en películas como El Laberinto del Fauno, Celda 211 o Ágora.
¿Cómo describe su maquillaje?
Hacemos todo lo que tiene que ver con réplicas hiperrealistas de actores, partes del cuerpo y maquillajes protésicos. Concretamente nosotros estamos especializados en maquillajes especiales realistas. Todo lo que venimos haciendo en los últimos años son maquillajes que, a pesar de ser efectos especiales de maquillaje, pasan muy desapercibidos.
¿De donde nace la creatividad?
Viene un poco dada por nosotros mismos. Tanto mi socia Lucía, licenciada en bellas artes, como yo, que vengo de una escuela de arte. Nuestra inspiración viene del arte, de las escultura, la pintura… y lo intentamos traducir a nuestros maquillajes. En el día a día en nuestro trabajo nuestra inspiración está limitada por los directores, que son los que nos piden exactamente qué es lo que tenemos que hacer y, a partir de ahí, nosotros añadimos la parte más artística de su visión.
¿Cuál es la mejor manera de reflejar las referencias o inspiraciones que le pasan por la cabeza?
Tener toda la información de todo lo que se le pasa por la cabeza al director o a la persona que te está contratando para hacer el efecto. Después llevamos nuestra capacidad artística a un primer plano, en la que hacemos bocetos rápidos a lápiz para tener una idea aproximada de lo que necesitamos y después pasamos al diseño digital.
¿Cuales han sido su mejor y peor experiencia dentro de la industria? ¿Cuáles recuerda en especial?
Uno de los mejores momentos fue cuando Isabel Coixet se puso casi a llorar de la emoción cuando vió la barriga de embarazada que habíamos hecho para su película “Nadie quiere la noche''. El peor espero no llegue nunca.
¿Cuál es el trabajo más raro que ha tenido que realizar? ¿Y el más largo?
El más raro fue uno que hicimos para la película “El rey de la habana” de Agustín Villaronga, que cuenta la historia de un chico que tiene cualidades físicas un tanto exageradas, hablando de atributos sexuales. Para hacer eso para el actor al que cogieron tuvimos que crear una prótesis de pene para que en la película se viera más exagerado. Lo más largo fue “El hombre que mató a Don Quijote” de Terry Giliam, que estuvimos unos 4 meses poniéndole a Jonathan Price una prótesis en la nariz para que se pareciese a Don Quijote.
¿Qué técnicas considera que son más difíciles de recrear en España comparando con los maquillajes y prótesis de Estados Unidos?
El mundo fantástico. Aquí, por una cuestión económica, es mucho más complicado hacer
monstruos o cosas complicadas que tienen un presupuesto elevado al que no podemos
acceder. La limitación monetaria siempre está ahí a la hora de crear esos mundos gigantes.
¿Cómo recuerda sus inicios?
Muy duro. Cuando empezamos a descubrir esta profesión, en el año 92 muchos de mis compañeros la mayor dificultad que encontrábamos era que no había información, tampoco había acceso a materiales. No podíamos comprar por internet y la poca información que te llegaba era muy escasa a través de las revistas. La única manera que tenías para avanzar y aprender algo era adaptando los materiales que podías encontrar, con el ensayo y el error.
Durante su carrera ha trabajado en más de 90 largometrajes, tanto nacionales como internacionales, ¿Cómo fue la experiencia de participar en su primera película internacional con “Doom”? ¿Y en la reciente británica “El hombre que mató a Don Quijote''?
Cuando a DDT llega la película “Doom” hay mucha expectación por ser un blockbuster de Estados Unidos con mogollón de zombies y maquillajes. A la hora de trabajar en “El hombre que mató a Don Quijote”, teniendo en cuenta que soy muy fan del cine de Terry Gilliam y que al ser manchego tengo mucha vinculación con el Quijote, al principio hay un poco de vértigo de si realmente vas a estar al nivel, si lo que vas a hacer va a gustar o no y tienes, como siempre, el listón muy alto, lo cual requiere un esfuerzo.
De Doom saltamos a “El laberinto del fauno” su siguiente trabajo, ¿De qué manera le marcó
haber trabajado al principio casi de su carrera profesional en un proyecto tan grande como
“El laberinto del fauno”?, ganadora de 3 premios Oscar, entre ellos el de maquillaje.
“El laberinto del fauno” con una cantidad enorme de monstruos, de maquillajes, de personajes,
supuso un gran esfuerzo a todos los niveles. Todos los que trabajamos allí aún la recordamos.
Nos marcó de alguna manera el camino que queríamos seguir o el camino que no queríamos
seguir porque, en algunos casos, la experiencia fue muy dura. A mí, personalmente, "El laberinto
del fauno" me marcó en tener directrices de cómo abordar ciertos proyectos
En 2009, fundó May Effects, junto a Lucia Solana, ¿Qué ha supuesto en su trayectoria haber
ganado 2 Premios Goya con su propia empresa?, primero por “Nadie quiere la noche”' en 2016
y más tarde por “El hombre que mató a Don Quijote” en 2019, ¿les genera una presión extra para
los próximos trabajos?
Lo único que hacen es aportar más presión a la hora de trabajar, te exiges mucho más, una vez
que consigues premios y que tus propios compañeros de profesión reconocen que tu trabajo
merece la pena para darte un goya. Los premios son como un sello de calidad. Consigues un alto
standing, por lo que hacer algo que esté por debajo de eso no debería entrar en tus planes.
El equipo de May Effects para Nadie Quiere La Noche
Fuente: Facebook (May Effects)
Pablo Perona y Jonathan Pryce durante el rodaje de "El Hombre Que Mató a Don Quijote"
Fuente: Twitter (May Effects)
Pablo Perona y Lucia Solana recogiendo el Premio Goya en 2016 por "Nadie Quire la Noche"
Pablo Perona y Lucia Solana recogiendo el Premio Goya en 2019 por "El hombre que mató a Don Quijote"
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